“CABRITO DE CANDELEDA”
DENOMINACIÓN DE ORIGEN
Pues no es ningún insulto peyorativo. No, ni
mucho menos, aunque “cabritos”, las cosas como son, “habelos, hailos, en toas
partes”, que dirá el castizo.
Pero queridas y queridos lectores, se trata
de dar apoyo a una medida de enorme valor para Candeleda, bueno, y para toda la
comarca de la Vera y valle del río Tiétar.
Se trata de la iniciativa de los ganaderos de
Candeleda de hacer valer su saber y su poder en un ganado excepcional: la
cabra. Este estoico animal, del que Candeleda posee posiblemente la más extensa
cabaña de toda Castilla y León, ha sido, y es, a través de los tiempos, un
perfecto complemento de la tierra candeledana.
Y no es que Candeleda no tenga más
ganaderías, no. Candeleda posee una extensa cabaña de vacas y aún de borras, si
bien éstas parece que van a menos.
Desde siempre, ser poseedor en Candeleda de
un rebaño de cabras, daba cierto empaque y respeto, aunque lo que daba de seguro,
es mucho trabajo, mucho sacrificio, y mucho dormir al raso, y pasar calores y
fríos sin cuento.
Hoy, con el avance de las tecnologías,
ordeñar una cabra es hasta sencillo. Pero eso sí: hay que ordeñarla, y que dé
la leche que debe dar. Porque si después del trabajo y sacrificio, no se
obtiene la leche deseada, entonces es que una de dos: o la cabra no vale, o el
cabrero no sabe. Tan malo es lo uno como lo otro.
Pero ahora se trata del segundo, para mi
principal, producto de la cabra: el cabrito.
¿Qué es el cabrito?: el hijo de la cabra en
su sazón, es decir, de unos cuatro a seis kilos, como mucho. Su carne es excepcional.
El ganado cabrío criado en Gredos es realmente exquisito.
Pues para poner en valor este producto, los
criadores de ganado cabrío se han unido: en principio los ganaderos de unos cuarenta
pueblos, todos de la comarca de la Vera y valle del Tiétar, es decir, de Ávila
y Cáceres, para defender tan suculento manjar.
Su principal idea es lograr el marchamo
“D.O”, es decir, la “Denominación de
Origen Cabrito de Candeleda”. Ello no es sencillo, y trae mucho trabajo
y no pocos quebraderos de cabeza. Pero debemos esperar que a ella le siga la “D.O.P”,
o sea, la “Denominación de Origen
Protegida Cabrito de Candeleda”.
Vayan mis votos por ello y por su éxito.
En memoria de todas aquellas bellas,
trabajadoras y fabulosas mujeres que se criaron en una majada, esposas ayudando
como las primeras a maridos, hijas trabajando codo con codo con sus padres en
defensa de su poco patrimonio, y sacrificando todo, pero nunca su belleza, su
gracia y su alegría, les dedico mi recuerdo, al haber convivido con mis abuelos
en su majada, y por ello, saber de qué hablo:
La serrana
Serrana,
¿dónde te has ido?,
serrana.
Ya
no suenan en la sierra
las
esquilas de tus cabras,
ya
no beben los cabritos
en
tus manos agua clara;
ya
los carneros no saltan,
ya
las ovejas no balan,
ya
no suenan por las cumbres
tus
risas puras de plata.
Serrana,
¿dónde te has ido?,
serrana.
Ya
en los arroyos el agua
sus
canciones ha olvidado,
ya
las lindas margaritas
no
florecen en los prados;
ya
los jilgueros no cantan,
ya
el ruiseñor se ha marchado,
ya
no te moja los pies
el
rocío enamorado.
Serrana,
¿dónde te has ido?,
serrana.
Ya
no te asustan los lobos,
que
rondaban tu majada,
ya
los vientos del febrero
no
balancean las ramas;
ya
los cárabos no ríen,
ya
los cuervos no te graznan,
ya
no te despierta el búho
que
por las noches cantaba.
Serrana,
¿dónde te has ido?,
serrana.
Ya
los mozos no te rondan
en
noches de luna clara,
ya
por las verdes praderas
no
se oye la guitarra;
ya
la zambomba no suena,
ya
el laúd no se arranca,
ya
el cabrero de tus seños
no
te canta más al alba.
Serrana,
¿dónde te has ido?,
serrana.
Si
volvieras algún día
a
quedarte en tu majada,
y
quisieras ser aquella
que
las cabras adoraban,
se
alborozarían los valles
y
te cantarían las aguas,
y
yo sería tu cabrero,
y
tú, mi serrana del alma.
Serrana,
¿porqué no vuelves?,
serrana.