viernes, 14 de diciembre de 2012

FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO 2013


FELIZ NAVIDAD 2012 Y VENTUROSO AÑO 2013

  Puede parecer un poco extraño. Pero yo deseo a todo el mundo, incluidas por supuesto todas las personas que me siguen en este humilde blog, mi especial deseo de que estas entrañables Fiestas nos animen algo más el decaído espíritu que tenemos todos.
  Pero como dice el refrán: “siempre que llueve, escampa”.
  Es decir, debemos tener fe en nuestro futuro. Los españoles siempre hemos salido de todas. Es cierto que a muchas familias este dicho le sonará un poco como a guasa.
  Yo desde aquí les animo a seguir confiando en que Dios nace Belén para todos, incluso para los que no le esperan.
  Por ello desde estas líneas os deseo de corazón:

FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO 2013

lunes, 3 de diciembre de 2012

"CABRITO DE CANDELEDA": DENOMINACIÓN DE ORIGEN


“CABRITO DE CANDELEDA”
DENOMINACIÓN DE ORIGEN

  Pues no es ningún insulto peyorativo. No, ni mucho menos, aunque “cabritos”, las cosas como son, “habelos, hailos, en toas partes”, que dirá el castizo.
  Pero queridas y queridos lectores, se trata de dar apoyo a una medida de enorme valor para Candeleda, bueno, y para toda la comarca de la Vera y valle del río Tiétar.
  Se trata de la iniciativa de los ganaderos de Candeleda de hacer valer su saber y su poder en un ganado excepcional: la cabra. Este estoico animal, del que Candeleda posee posiblemente la más extensa cabaña de toda Castilla y León, ha sido, y es, a través de los tiempos, un perfecto complemento de la tierra candeledana.
  Y no es que Candeleda no tenga más ganaderías, no. Candeleda posee una extensa cabaña de vacas y aún de borras, si bien éstas parece que van a menos.
  Desde siempre, ser poseedor en Candeleda de un rebaño de cabras, daba cierto empaque y respeto, aunque lo que daba de seguro, es mucho trabajo, mucho sacrificio, y mucho dormir al raso, y pasar calores y fríos sin cuento.
  Hoy, con el avance de las tecnologías, ordeñar una cabra es hasta sencillo. Pero eso sí: hay que ordeñarla, y que dé la leche que debe dar. Porque si después del trabajo y sacrificio, no se obtiene la leche deseada, entonces es que una de dos: o la cabra no vale, o el cabrero no sabe. Tan malo es lo uno como lo otro.
  Pero ahora se trata del segundo, para mi principal, producto de la cabra: el cabrito.
  ¿Qué es el cabrito?: el hijo de la cabra en su sazón, es decir, de unos cuatro a seis kilos, como mucho. Su carne es excepcional. El ganado cabrío criado en Gredos es realmente exquisito.
  Pues para poner en valor este producto, los criadores de ganado cabrío se han unido: en principio los ganaderos de unos cuarenta pueblos, todos de la comarca de la Vera y valle del Tiétar, es decir, de Ávila y Cáceres, para defender tan suculento manjar.
  Su principal idea es lograr el marchamo “D.O”, es decir, la “Denominación de Origen Cabrito de Candeleda”. Ello no es sencillo, y trae mucho trabajo y no pocos quebraderos de cabeza. Pero debemos esperar que a ella le siga la “D.O.P”, o sea, la “Denominación de Origen Protegida Cabrito de Candeleda”.
  Vayan mis votos por ello y por su éxito.
  En memoria de todas aquellas bellas, trabajadoras y fabulosas mujeres que se criaron en una majada, esposas ayudando como las primeras a maridos, hijas trabajando codo con codo con sus padres en defensa de su poco patrimonio, y sacrificando todo, pero nunca su belleza, su gracia y su alegría, les dedico mi recuerdo, al haber convivido con mis abuelos en su majada, y por ello, saber de qué hablo:

La serrana
Serrana, ¿dónde te has ido?,
serrana.

Ya no suenan en la sierra
las esquilas de tus cabras,
ya no beben los cabritos
en tus manos agua clara;
ya los carneros no saltan,
ya las ovejas no balan,
ya no suenan por las cumbres
tus risas puras de plata.
Serrana, ¿dónde te has ido?,
serrana.

Ya en los arroyos el agua
sus canciones ha olvidado,
ya las lindas margaritas
no florecen en los prados;
ya los jilgueros no cantan,
ya el ruiseñor se ha marchado,
ya no te moja los pies
el rocío enamorado.
Serrana, ¿dónde te has ido?,
serrana.

Ya no te asustan los lobos,
que rondaban tu majada,
ya los vientos del febrero
no balancean las ramas;
ya los cárabos no ríen,
ya los cuervos no te graznan,
ya no te despierta el búho
que por las noches cantaba.
Serrana, ¿dónde te has ido?,
serrana.

Ya los mozos no te rondan
en noches de luna clara,
ya por las verdes praderas
no se oye la guitarra;
ya la zambomba no suena,
ya el laúd no se arranca,
ya el cabrero de tus seños
no te canta más al alba.
Serrana, ¿dónde te has ido?,
serrana.

Si volvieras algún día
a quedarte en tu majada,
y quisieras ser aquella
que las cabras adoraban,
se alborozarían los valles
y te cantarían las aguas,
y yo sería tu cabrero,
y tú, mi serrana del alma.
Serrana, ¿porqué no vuelves?,
serrana.