LO QUE PASA EN CEUTA Y EN MELILLA
Ramón Lorente De la Luna
No podemos
quedar impávidos ante los sucesos del norte de África. La invasión de los
pueblos subsaharianos parece ser imparable, con independencia de quien la esté
orquestado. La muerte de un determinado
número de personas que intentaban entrar en Ceuta, es la confirmación de ello.
Paralelamente
en Europa se está produciendo un clima de autodefensa de la identidad de cada
pueblo, de cada nación, ante el empuje de los demás. Trasladar a Europa el mal
que aqueja a los países africanos es desconocer o despreciar este sentimiento.
Por que, ¿cuántas personas debemos dejar entrar: 1000, 10.000, 100.000, un
millón?, ¿y por qué no 200 millones y así se acababa el problema? Si se deja
entrar a 1000 estaremos cometiendo una terrible injusticia con los demás.
Es necesario
adoptar medidas de autodefensa, eso sí, lo más humanas posible. Pues de lo
contrario, la marea acabará por invadir todo, llevando a la población autóctona
a límites de xenofobia que pueden converger en movimientos sociales extremos.
Las
actuaciones en ciertos países de Europa, no son sino la alarma de lo que puede
ocurrir ante la permisividad de los gobiernos en la obligatoria defensa de sus
legítimos ciudadanos, que a la postre son los que pagan y, por ende, los que
eligen y votan a sus representantes. La triste situación laboral y económica
coadyuva a esta autodefensa. Las expresiones políticas, transformadas en
resultados electorales poco deseables, son el resultado de dicha alarma.
La actuación
de unos cuantos miles de personas que aprovechan estas situaciones para
orquestar asonadas populistas, choca de frente con los más de 47 millones que
callan, pero que cuando llega la hora de la verdad pueden causar un vuelco
político no deseado. La nefasta frase “papeles para todos” caló profundamente
en estas poblaciones, y en los traficantes de esclavos del siglo XXI. El autor
de la misma goza de excelente salud, y de que nadie le pida responsabilidades.
La marea
subsahariana crece y crece, los problemas de los países africanos no deben ser
trasladados a los países europeos. Al menos no al país europeo que
históricamente poco o nada ha tenido que ver con el África subsahariana.
Estamos viendo cómo los aspectos negativos de su cultura y de sus problemas,
siguen vigentes, a pesar de los años transcurridos y del dinero que nos cuesta
a todos los europeos, especialmente a los pobladores del sur. Los países como
Italia, España, Malta, Grecia, no deben ser el muro de choque de este problema.
O la solución es de toda Europa, o toda Europa va al abismo.