ROBO, EXPOLIO O DESACATO EN SIGENA
Llevamos ya
varios días con el tema de Sigena, la bella localidad oscense. Vamos las obras
de arte que han sido reintegradas a sus legítimos dueños: El Archivo Histórico
del Museo de Sigena, de dónde nunca debieron salir tales obras.
Pero el tema
no es fácil, máxime cuando media por medio, valga la redundancia, la avaricia
catalana.
Porque está
claro que las obras salen de Sigena, tras un incendio en la guerra civil, que
ya ha llovido, y sin que se tenga constancia de cuál fue la causa de tal
incendio. Sigue la malventa inapropiada de las obras al patrimonio de Cataluña.
Si dice que si por tal permuta de terrenos, que si por otras gaitas. Casos como
este existen por lo menos algunos cientos en el resto del Estado Español, mal
que les pese a los catalanes, y no se forma ninguna trifulca por agravio
comparativo.
Pero sí que
sería conveniente aclarar todas las interrogantes que presenta el tema.
-¿Quién ordenó la venta de la obras?
-¿Quién lo autorizó?
-¿Quién recibió las obras a sabiendas que eran un
patrimonio al menos problemático?
-¿Quién ordenó pagar las obras y con qué dinero?
-¿Qué implicación tenía la autoridad religiosa que
lo consintió?
-¿Que implicación tenían las autoridades políticas
de aquellos años?
Sería bueno
conocer todas esas interrogantes, porque no olvidemos algo: las obras tendrán
un enorme valor histórico como tal patrimonio, pero, ¿cuánto valdrían en el
mercado libre si los catalanes las ponen a la venta?
A eso se
queda reducido el problema del patrimonio en litigio de SIGENA.