jueves, 4 de enero de 2018

PRISIÓN PERMANENTE REVISABLE



LA PERMANENTE REVISABLE

(MATAR NIÑOS Y MUJERES EN ESPAÑA ES FÁCIL. Y ADEMÁS, GRATIS)

  En las últimas fechas, el reguero de niños maltratados, asesinados y abandonados por el criminal comportamiento de los que dicen ser sus padres, se hace insoportable. No ya deleznable y humillante para las personas con una mínima conciencia humana, y que cada vez, y tristemente, somos menos.
  Niños que deben acudir a la Policía a pedir auxilio porque sus padres les maltratan de forma inhumana, incluso de forma tan brutal como es atarles de pies y manos e introducirles en una bañera llena de agua, con la segura intención de que se ahoguen solos.
  Otros son apaleados y muerto a bastonazos por las personas con las que se ven obligados a convivir. En muchos de estos tristes hechos, las personas copartícipes en la vida de los niños, por misterios de la vida ¡no sabían nada! Es decir, fueron puestos en libertad.
  Ya no digo nada de los niños de Córdoba y de la niña de Galicia. Y de tantos y tantos otros en la sombra, cuya tragedia no conocemos, y que padecen en silencio, porque son incapaces de defenderse, dada su corta edad, y que lo mínimo que pensaran en su carazoncito es si esa es la vida que deben soportar por parte de aquellos que debieran protegerlos.
  Lo único que he escuchado es la voz de una determinada señora que dice: “los niños deben ser educados por la tribu”. Y yo pregunto a esa señora ¿por qué tribu? Más tribu y más salvajes que los padres que asesinan a sus hijos no puede darse ya en este desgraciado mundo. Pero lo más triste es que nadie ponga límite a tanta barbarie.
  Nos hemos acostumbrado a organizar una “manifestación” y, después, el minuto de silencio. Y nuestra conciencia tranquila.
  Diariamente sacamos miles de náufragos, que dicen inmigrantes, del agua. Incluidos, claro está, sus niños; somos capaces de enviar un montón de nuestras fuerzas armadas a lugares distantes y distintos del mundo, incluso a buscar supervivientes tras un terrible terremoto. Traemos a España a niños con problemas psíquicos y físicos más o menos graves. Pero no somos capaces de evitar que maten a nuestros niños.
¡¡Son nuestros niños!!
  Y resulta más deleznable cuando esos niños acuden en solicitud de ayuda fuera del ¿hogar? donde viven, y nadie se lo presta. Nos da vergüenza proteger a un niño.
  Tales asesinatos deberían poner la carne de gallina ¿cobarde? a los mandamases de esta sociedad. Digo mandamases, porque la sociedad está enferma. Una sociedad que consiente impasible el asesinato de sus niños, no merece ser llamada sociedad.
  Tenemos unas leyes fabulosas, que nos hemos dado nosotros mismos, para amparar a todo delincuente, sea de la categoría que sea. Pero los seres más inocentes no están amparados por ninguna ley. Todos los delincuentes encarcelados tienen derecho a salir de la cárcel a la primera de cambio, para seguir delinquiendo, asesinando y matando. De eso se ocupan celosamente jueces y políticos, sobe todo algunas de nuestras fuerzas políticas que se llaman democráticas, sin que en ningún caso adquieran una mínima responsabilidad.
  Vemos como mujeres maltratadas, y niños sin protección alguna, deben abandonar su propio hogar, para que el delincuente siga viviendo y ufanarse de ello.
  Vemos, incluso, cuántas mujeres son asesinadas, pero no vemos, o no se cuentan, los pobrecitos niños y niñas que el asesino deja desamparados: ¡¡huérfanos!!
  ¿Quién va a poner remedio de una vez a este terrible atropello de la dignidad del niño? ¿Quién va a exigir responsabilidades a aquellas autoridades, del signo que sean, que consienten, cuando no alientan, tan dramáticos hechos?
  Existen fuerzas ¿políticas? que velan escrupulosamente por los derechos del delincuente, y del asesino. Incluso, la Iglesia Católica, a la que pertenezco, cuida que a las personas encarceladas, no les falte ningún auxilio. Pero he visto muy pocas veces, a unos y otros, interesarse por esas criaturas privadas del derecho de tener una madre, o más duro aún, ¡¡del derecho a tener una vida!!
  Y si se promulgan leyes que hagan un poco más dura la condena, caso de la prisión permanente, (y revisable), se oponen a la misma con toda energía en defensa del asesino.
  Eso sí, son capaces, con total impavidez, de organizar y asistir a un minuto de silencio, cada vez que lo consideren oportuno, por tal o cual mujer o niño asesinado. Pero nada más.
  A mi entender es la SOCIEDAD la primera culpable por consentirlo. Existen medios suficientes para llevar un control de todos los niños de España, de su asistencia al colegio, de su asistencia a una revisión sanitaria, y de un control más o menos eficaz de su situación familiar.
  La abolición de la condena de prisión permanente (y revisable) debería traer consecuencias de primer orden para los políticos que la promueven.
  Si los políticos se ponen y se quitan, pues a todos los demás también.
 ¡¡Nadie debe tener un privilegio a costa de la SOCIEDAD, que no se merezca, y que no se gane día a día con su ejemplar trabajo!!
  ¡EN ESTO, LA SOCIEDAD EN SU TOTALIDAD TIENE LA PALABRA!