El
AVE EXTREMEÑO VUELA AL SUELO
Ramón Lorente de la Luna
Mis buenos
lectores recordarán mis artículos sobre el AVE extremeño. Pues aunque resulte
pesado lo volveré a recordar.
Desde hace
años, los distintos poderes públicos vienen tratando de embaucar a los
extremeños con que “ya viene, ya viene…” el AVE. Pero no viene. Sí van algunos
“bienintencionados” extremeños a Madrid, ¿a pedir el AVE? ¡No! A dejarse allí
unos cuantos euros que seguro les vendría muy bien a otros extremeños.
El 13-7-17
un Ministro dijo en Talavera de la Reina que el AVE Badajoz-Madrid invertirá en
el recorrido 2h 53’, pero que no entrará en servicio hasta el año 2023, que si
el tramo Badajoz-Plasencia será de una sola vía “ibérica”, y de Plasencia a
Madrid de dos vías “internacionales”, pero que el tramo Talavera–Madrid ahora
irá por Toledo para aprovechar una vía AVE semimuerta como es la de
Madrid-Toledo. Todo ello forma un galimatías que cuesta entender.
No pongo en
duda las buenas intenciones de aquel Ministro, no desmentidas por otros
Ministros. Pero cuando por las largas rutas españolas el Ave está más que
funcionando desde hace muchos años, en Extremadura estamos con el “ya viene”. Y
los que sí vienen y van son unos trenecillos que arrancan, unos de ¡Huelva!,
otros de Badajoz y de Cáceres, otros de Madrid, y viceversa. Y claro, como está
tan lejos, cada poco tiempo se paran, se eschangan o se queman.
Pero de AVE,
¡nada!
Mis queridos
lectores saben que esto no es nuevo. Las primitivas líneas férreas también
tardaron lo suyo en llegar a Extremadura, aunque menos: el 22-11-1866 se
termina la vía Ciudad Real-Badajoz. Para Cáceres fue peor, pues hasta 1876 no
se empieza la construcción de la línea Madrid-Cáceres. Pero Badajoz no se unió
a Cáceres hasta el 12-4-1884, saliendo así a Madrid por esta vía.
Y ya tuvimos
el tren en Extremadura. Pero recordemos la antigüedad de algunas líneas: el
28-10-1848 se inaugura la primera línea férrea en España: Barcelona–Mataró. A
Córdoba y Sevilla llega sobre 1858. Es decir, si nos comparamos con nuestras
provincias limítrofes, Ciudad Real y Córdoba, sufrimos un retraso “sólo” de
unos ocho años, con una tecnología para el movimiento de tierras a base de
fuerza humana y animal.
Con el AVE
no llevamos peor camino. ¡Es que ni lo llevamos!
Hoy, con
unas posibilidades financieras y tecnológicas que abruman, se acumulan muchas
décadas de retraso en relación a la disponibilidad del AVE, “y lo que te
rendaré, morena”. Y nos preguntaremos: ¿qué hacemos? Yo no lo sé. Pero eso de
ir a Madrid cada dos por tres a dejarnos las perras allí no me parece muy útil.
Pero claro, embaucar a los que quieren ser embaucados es fácil. Ya están
argumentando que el AVE, en su versión original, no es necesario. Que será un
AVE-MIXTO, y utilizaremos las vías ya existentes mejoradas. Pero eso no es un
AVE. Y Extremadura seguirá a la cola de los avances técnicos y, sobre todo, de
los avances que nos permitan unirnos a las zonas más ricas de la nación en poco
tiempo. Y nuestro cacareado desarrollo en un pozo. Pero claro, cambiar
políticamente en Extremadura no es fácil. Así nos va.
Mientras,
por nuestros campos seguirán oyéndose los gritos de los fogoneros de los
trenecillos: ¡traer madera, traer madera!, ¡por la Virgen Santísima, traer
madera que el bichino se para!