CANTO A CASTILLA (poema)
Ramón Lorente De la Luna
(Publicado en el libro “Candeleda, Ferias y Fiestas, 2025)
1 Ya viene el sol por la loma,
entre carrascas y encinas,
entre las verdes retamas,
entre las piedras que miran,
el pasar de tantos años.
2 De tanta historia que avivan
con sus destellos fieros,
de guardianes que dormitan
delante de su castillo,
para velar por su gloria,
que lograron en batallas que en el tiempo
fueron quedando dormidas.
3 Viene calentando al roble,
al pino que ya le mira,
al chopo altivo y sereno,
al álamo caminero,
que ha contado tantos hombres,
de tanta grandeza llenos,
que para guardar sus nombres
pidió a la luna consejo.
4 Para fundir con su luz,
y grabar en la dura estepa
con duros pinceles de hierro,
las letras que iba escribiendo.
5 Se va alegrando la almena,
del castillo que domina
el páramo triste y serio,
del ancho mar que es Castilla.
6 Las altas torres ahítas,
de las grandes catedrales,
talladas en dura piedra
del roquedo de granito.
7 Donde los fuertes guerreros
fundieron gestos altivos
con los gestos más humildes de sus monjes,
que fueron santos divinos.
8 En su roca preferida
majestuosa y altiva,
el águila sueña con las grandes cacerías,
de aquellos que antaño, con regocijo,
practicaban el arte de cetrería.
9 Ya el sol calienta su orilla
en tanto levanta su vuelo,
dominando con su vista
las tierras de su Castilla.
10 Y en su volar reposado,
pasa del León altivo
al Burgos sereno y frío,
donde su catedral pretende
coger el cielo azul de su reino.
11 Se asoma al Cantábrico bravío,
al Santander montañero,
que acoge a los navegantes,
puerto de Castilla pío.
12 Y retornando su vuelo
desciende rauda a Zamora,
para remontar el Duero,
acariciando la Palencia sonora.
13 Desde Valladolid,
por la inmortal Soria,
se deja caer en Segovia,
y por Ávila, llena de Caballeros,
se encumbra en Gredos,
que recorre buscando la Salamanca docta,
cuna del saber y la ciencia ignota.
14 Todas son sus naves catedrales,
surcando mares de mieses,
que castellanas manos labran,
curtidas en hierro fundido
de la estepa y la montaña.
15 Mientras el sol por poniente
se oculta entre áureas difusas,
dejando sola a la almena
que sueña con sus guerreros,
por oriente aparecen los luceros,
que velarán con sus musas,
entre rumores y risas,
entre cánticos y rezos,
por las tierras de Castilla.