ENCABRONADO
Cuentan de un mandatario de un país americano, que asistía a una magna
concentración de líderes de países americanos, que en un arrebato de
¿sinceridad?, de ¿reconocimiento propio?, se acusó así mismo de estar “encabronado”.
Tamaña aseveración ¿fue fruto de su sinceridad?, o por el contrario ¿se sentía
maltratado por el público asistente?.
Pues
a este mandatario le quiero hacer una breve lectura de lo que dice el
diccionario de las academias de la lengua hispanoamericana:
Cabro = cabrón = macho de la cabra.
Figuradamente y familiarmente, dícese del que consiente el adulterio de su
mujer. En Chile, dícese del “rufián”.
Vamos, que al tal mandatario no le cuadra su apellido, pues no está ni
pintón. Qué digo pintón: está verde, muy verde.
Para
su ilustración le dedico una de mis poesías:
Cabreo
Una
cabra cabreando
con
un cabreo cabreante,
puede
cabrear a un cabro,
en
cabruna lengua hablando,
por
hacerle cabronadas
que
de tal forma encabronado,
hasta
un cornudo cabrón,
puede
salir cabreado.
Y por favor, que no se moleste nadie, estar "encabronado" hoy en día, es una situación harto frecuente. Todo depende de qué parte de la sensibilidad nos toquen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario