jueves, 21 de septiembre de 2017

CON LA PATRIA NO SE JUEGA



Con la PATRIA no se juega
Ramón Lorente De la Luna

  Parece ser que a las múltiples enfermedades que ya padecemos los humanos, últimamente hay que añadir una nueva epidemia, contagiosa, que alcanza gran furor: la PANDEMIA DE “EX”.
  Yo, honestamente, no sabría qué decir. Pero la epidemia de “ex” se extiende de forma altamente preocupante. Sin ir más lejos: están los exmigrantes, los exsirios, los exirakies, los exafganos, los exafricanos, los exetc.
  Ahora a ciertos catalanes les da por ser expañoles, pero eso sí, sin irse de Expaña.
  Porque veamos: a los anteriormente citados lo único que les interesa es venir a Expaña. A los cientos de miles de catalanes que les gustaría irse de Expaña, lo que les interesa es que les digan expañoles.
  Pero eso es muy sencillo. Los grandes expacios vacios que dejan exsirios, exafganos, exárabes, exafricanos, exetc., pueden ser ocupados por los catalanes que quieren ser expañoles. Y seguro que nadie se lo impediría. Pero claro, en los sitios que están vacios de todos los “ex” que se han venido a ExEuropa, o ea a Expaña, están los del EI, los de Boko Haran, los de exetc., y claro esos son muy malos. Y para colmo no tienen miedo a dar gusto al gatillo, o al gatazo.
  Esto de los “ex” está muy de moda. Ya hasta los temibles huracanes, ciclones, exetc., que tanto miedo y pánico causan en el Caribe, están pensando en venirse a Expaña.
  Todo esto sería cómico, si no dejara traslucir el grave riesgo que entraña. Detrás de los movimientos de ”ex” que estamos viendo, y que es seguro, nos tocará ver más tristes y graves, se esconde la mayor enfermedad del mundo: “el egocentrismo”, históricamente llamada “soberbia”. Ya fue denostada por Dios al arrojar a los exángeles revoltosos al abismo.
  Pero siempre quedan exángeles malos: la amplia historia de la humanidad está llena de ejemplos. Todo viene de cuando se une la soberbia de “yo soy más que tú”, es decir, el “nacionalismo”, con la otra fuerza paralela y contra puesta: “todos iguales”. Es decir, el “socialismo o el comunismo”. Entonces nace una cosa que se llama “nacionalsocialismo”, o “nacionalcomunismo”, que ex lo mismo.
  Ambas fuerzas, el nacionalsocialismo o el nacionalcomunismo, terminan en un baño de miseria, de represión, de barbarie, y lo que es más triste, de sangre. Y lo realmente despreciable, es que todos los expañoles, incluidos los expañoles excatalanes, tengan tan cerca su reciente historia: no hace más de 81 años cuando durante tres largos y terribles años se mataron unos a otros sin saber bien porqué.
  Invocar un derecho que nunca se ha tenido es muy fácil. Pero tener agallas para mantener ese falso derecho frente a los demás ya no lo es. Y los excatalanes deberían entender que los expañoles ya estamos cansados de que se supriman nuestros derechos a favor de los de ellos. El “óptimo de Pareto” se cumple siempre a la inversa: “para que unos estén mejor, es necesario que otros, simultáneamente, estén peor”.
  Es posible, sobre todo en Expaña, que pronto nos acordemos de Santa Bárbara. Pero no olvidemos que al trueno le precede siempre el rayo. Porque jugar con la Patria es lo último que se debe hacer.

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