LA PERMANENTE REVISABLE
(MATAR NIÑOS Y MUJERES EN
ESPAÑA ES FÁCIL: AHORA LE HA TOCADO A LAURA LUELMO)
El reguero de niños maltratados, asesinados y
abandonados, y mujeres violadas y asesinadas por el criminal comportamiento de
uno seres miserables y ajenos a la sociedad en que viven es realmente
insoportable. Y es humillante para las personas con una mínima conciencia
humana, pero que cada vez, tristemente, somos menos.
A los niños que deben acudir a la Policía a
pedir auxilio porque sus padres les maltratan de forma inhumana, deben unirse
los apaleados hasta morir por las personas con las que se ven obligados a
convivir. En muchos de estos tristes hechos, las personas copartícipes en la
vida de los niños, ¡no sabían nada! Es decir, fueron puestos en libertad.
En otros casos, cada vez más abundantes, son
las mujeres las que sufren tal desenfreno. El último caso es el de Laura
Luelmo. Una joven mujer con la vida plena de ilusiones para ser vivida.
Y cuando se pregunta por qué no se han tomado
medidas que eviten tan terribles acciones lo único que se escucha es la voz de
una determinada señora que dice: ¡los niños deben ser educados por la tribu! O
la más despreciable aún ¡Pobrecitos los que asesinan, deben tener protección!
Jamás les he oído decir: ¡Pobrecitos los asesinados, los niños apaleados y las
mujeres humilladas hasta su muerte!
Nos hemos acostumbrado a organizar una
“manifestación” y, después, el minuto de silencio, que unas determinadas
personas que se dicen “progresistas” guardan con puntualidad. Y nuestra
conciencia tranquila.
Sacamos miles de náufragos, que dicen
inmigrantes, del agua. Enviamos un montón de nuestras fuerzas armadas a lugares
distantes y distintos del mundo, incluso a buscar supervivientes tras un
terrible terremoto. Traemos a España a niños con problemas psíquicos y físicos
más o menos graves. Pero no somos capaces de evitar que maten a nuestros niños.
Una
sociedad moderna debe tener medidas defensivas y coercitivas suficientes para
evitar ser destruida. Si es atacada impunemente y no responde no merece ser
llamada sociedad.
Tenemos leyes que nos hemos dado nosotros
mismos, para amparar a todo delincuente, sea de la categoría que sea. Pero los
seres más inocentes no están amparados por ninguna ley. Todos los delincuentes
encarcelados tienen derecho a salir de la cárcel a la primera de cambio, para
seguir delinquiendo y matando. De eso se ocupan celosamente jueces y políticos,
sobre todo algunas de nuestras fuerzas políticas bien conocidas, y que se
llaman así mismas democráticas, sin que en ningún caso asuman una mínima
responsabilidad. El caso de Laura Luelmo es el último y más terrible ejemplo.
Su asesino era un asesino ya encarcelado por similares casos. Pero, pobrecito,
había que soltarle.
¿Quién va a poner remedio de una vez a este
terrible atropello de la dignidad de niños y mujeres? ¿Quién va a exigir
responsabilidades a aquellas autoridades, del signo que sean, que consienten,
cuando no alientan, tan dramáticos hechos?
Existen fuerzas ¿políticas? que velan con
celo por los derechos del delincuente, y del asesino; incluso la Iglesia
Católica, a la que pertenezco, cuida que a las personas encarceladas no les
falte ningún auxilio, protegiendo sin escrúpulos a los violadores dentro de la
misma Iglesia. Pero he visto pocas veces, a unos y otros, interesarse por esas
criaturas privadas del derecho de tener una madre, o más duro aún, ¡¡del
derecho a tener una vida!! El muerto está muerto. Eso dicen para justificarse.
Y si se promulgan leyes que hagan un poco más
dura la condena, caso de la prisión
permanente, (y revisable), se oponen a la misma con toda energía en
defensa del asesino. Y esas fuerzas políticas, y no políticas, están
perfectamente identificadas.
A mi entender es la SOCIEDAD la primera
culpable por consentirlo.
No implantar la condena de prisión permanente
revisable de forma rigurosa y bien explícita, debería traer consecuencias de
primer orden para los políticos que lo impiden.
Los políticos se ponen y se quitan. Los
muertos sólo se quitan (de en medio, claro).
¡¡Pues acordémonos de
esos miserables a la hora de votar. Ellos también deben sufrir el dolor que
cuesta perder a un niño, a una hija o a una madre!!
Si la prisión permanente revisable hubiese
estado bien aplicada, Laura Luelmo estaría viva.
¡EN
ESTO, LA SOCIEDAD EN SU TOTALIDAD TIENE LA PALABRA!