miércoles, 19 de diciembre de 2018

PRISIÓN PERMANENTE REVISABLE


LA PERMANENTE REVISABLE
(MATAR NIÑOS Y MUJERES EN ESPAÑA ES FÁCIL: AHORA LE HA TOCADO A LAURA LUELMO)

  El reguero de niños maltratados, asesinados y abandonados, y mujeres violadas y asesinadas por el criminal comportamiento de uno seres miserables y ajenos a la sociedad en que viven es realmente insoportable. Y es humillante para las personas con una mínima conciencia humana, pero que cada vez, tristemente, somos menos.
  A los niños que deben acudir a la Policía a pedir auxilio porque sus padres les maltratan de forma inhumana, deben unirse los apaleados hasta morir por las personas con las que se ven obligados a convivir. En muchos de estos tristes hechos, las personas copartícipes en la vida de los niños, ¡no sabían nada! Es decir, fueron puestos en libertad.
  En otros casos, cada vez más abundantes, son las mujeres las que sufren tal desenfreno. El último caso es el de Laura Luelmo. Una joven mujer con la vida plena de ilusiones para ser vivida.
  Y cuando se pregunta por qué no se han tomado medidas que eviten tan terribles acciones lo único que se escucha es la voz de una determinada señora que dice: ¡los niños deben ser educados por la tribu! O la más despreciable aún ¡Pobrecitos los que asesinan, deben tener protección! Jamás les he oído decir: ¡Pobrecitos los asesinados, los niños apaleados y las mujeres humilladas hasta su muerte!
  Nos hemos acostumbrado a organizar una “manifestación” y, después, el minuto de silencio, que unas determinadas personas que se dicen “progresistas” guardan con puntualidad. Y nuestra conciencia tranquila.
  Sacamos miles de náufragos, que dicen inmigrantes, del agua. Enviamos un montón de nuestras fuerzas armadas a lugares distantes y distintos del mundo, incluso a buscar supervivientes tras un terrible terremoto. Traemos a España a niños con problemas psíquicos y físicos más o menos graves. Pero no somos capaces de evitar que maten a nuestros niños.
  Una sociedad moderna debe tener medidas defensivas y coercitivas suficientes para evitar ser destruida. Si es atacada impunemente y no responde no merece ser llamada sociedad.
  Tenemos leyes que nos hemos dado nosotros mismos, para amparar a todo delincuente, sea de la categoría que sea. Pero los seres más inocentes no están amparados por ninguna ley. Todos los delincuentes encarcelados tienen derecho a salir de la cárcel a la primera de cambio, para seguir delinquiendo y matando. De eso se ocupan celosamente jueces y políticos, sobre todo algunas de nuestras fuerzas políticas bien conocidas, y que se llaman así mismas democráticas, sin que en ningún caso asuman una mínima responsabilidad. El caso de Laura Luelmo es el último y más terrible ejemplo. Su asesino era un asesino ya encarcelado por similares casos. Pero, pobrecito, había que soltarle.
  ¿Quién va a poner remedio de una vez a este terrible atropello de la dignidad de niños y mujeres? ¿Quién va a exigir responsabilidades a aquellas autoridades, del signo que sean, que consienten, cuando no alientan, tan dramáticos hechos?
  Existen fuerzas ¿políticas? que velan con celo por los derechos del delincuente, y del asesino; incluso la Iglesia Católica, a la que pertenezco, cuida que a las personas encarceladas no les falte ningún auxilio, protegiendo sin escrúpulos a los violadores dentro de la misma Iglesia. Pero he visto pocas veces, a unos y otros, interesarse por esas criaturas privadas del derecho de tener una madre, o más duro aún, ¡¡del derecho a tener una vida!! El muerto está muerto. Eso dicen para justificarse.
  Y si se promulgan leyes que hagan un poco más dura la condena, caso de la prisión permanente, (y revisable), se oponen a la misma con toda energía en defensa del asesino. Y esas fuerzas políticas, y no políticas, están perfectamente identificadas.
  A mi entender es la SOCIEDAD la primera culpable por consentirlo.
  No implantar la condena de prisión permanente revisable de forma rigurosa y bien explícita, debería traer consecuencias de primer orden para los políticos que lo impiden.
  Los políticos se ponen y se quitan. Los muertos sólo se quitan (de en medio, claro).
¡¡Pues acordémonos de esos miserables a la hora de votar. Ellos también deben sufrir el dolor que cuesta perder a un niño, a una hija o a una madre!!
Si la prisión permanente revisable hubiese estado bien aplicada, Laura Luelmo estaría viva.
  ¡EN ESTO, LA SOCIEDAD EN SU TOTALIDAD TIENE LA PALABRA!

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