AVE-LARDO,
AVE-JARUCO ó AVE-JORRO: DAT THE QUESTION
Ramón Lorente de la Luna
¿Mande?. Pues que eso, que dat the question. O sea,
esta es la cuestión.
Es el enésimo artículo que escribo sobre el
tema. Bueno digo enésimo por decir algo: más bien creo que es el artículo n
elevado a la enésima potencia. Da lo mismo: “ni puñetero caso”.
Bueno, yo a lo mío. A recordar
Desde hace años, los distintos poderes
públicos vienen tratando de embaucar a los extremeños con que “ya viene..ya
viene” el AVE. Pero, ¿por dónde viene el ave?. Eso no nos lo dicen, porque no
lo saben.
Pero ¿qué es el Ave?. Simplemente: Tren de
Alta Velocidad Español. Bueno, pues cuando por las largas rutas españolas el
Ave está más que trazado, diseñado y aprobadas sus estructuras, en Extremadura
estamos con el “ya viene..ya viene”.
No crean mis queridos lectores que esto es
nuevo. Debo recordarles que las primitivas y originales líneas férreas también
tardaron lo suyo en llegar a Extremadura, aunque menos:
En 1861 se constituye una Compañía para la
construcción del ferrocarril Ciudad Real-Badajoz, contando con la concesión
obtenida por el Sr. Forns, y la disposición oficial otorgada por Real Orden de
18 de diciembre de 1859. Por Badajoz iría camino de Portugal, y por Ciudad Real
se uniría a las rutas de Madrid, comenzando los trabajos el mismo año 1861. Aún
se recuerda en los archivos existentes el requisito exigido a las personas que
trabajasen en el tendido de esta línea, de saber francés y español. Vaya lujo.
También se recuerda la célebre locomotora de aquella época, “Quintana”, de
Quintana de la Serena.
En 22-11-1866 se termina el último tramo,
Veredas-Almorchón. La fecha fue señalada con el viaje que realizaron dos
ministros españoles desde Madrid, y tres ministros portugueses desde Lisboa,
para encontrarse en Badajoz, aunque la fiesta más relevante se llevó a cabo
entre los días 10 al 12 de diciembre, en Lisboa, por el viaje que hizo la reina
Isabel II.
Posteriormente se acometió la construcción de
la línea Almorchón-Bélmez, terminándose el 1 de abril de 1868, que uniría
Badajoz con Córdoba.
Es curioso que el tramo Badajoz-Frontera con
Portugal se inaugura el 20-9-1863, lo cual quiere decir que los pacenses podían
ir en tren a Lisboa, pero no a Madrid.
Para Cáceres fue peor, pues hasta 1876 no se
empieza la construcción de la línea Madrid-Cáceres, que debería empalmar con
Portugal por Valencia de Alcántara. Esta ruta se inaugura en 1881 con
asistencia de los reyes Alfonso XII y Luís I de Portugal. Si bien Badajoz no se
uniría con Cáceres hasta el 12-4-1884, en que tendría salida también a Madrid
por esta vía.
Y así tuvimos el tren, por fin, en Badajoz.
Pues recuerden mis lectoras y lectores la antigüedad de algunas líneas: En
28-10-1848 se inaugura la primera línea férrea en España: Barcelona–Mataró. A
Córdoba y Sevilla llega sobre 1858.
Es decir, comparándonos con nuestras
provincias limítrofes, Ciudad Real y Córdoba, sufrimos un retraso “sólo” de
unos ocho años, con una tecnología casi inexistente para el movimiento de tierras,
todo a base de fuerza humana y animal.
Con el AVE llevamos peor camino. Hoy, con
unas posibilidades financieras casi ilimitadas, y con tecnologías que abruman,
ya acumulamos un gran retraso, “y lo que te rendaré, morena”. Ahora se
preguntarán mis lectores: ¿y qué podemos hacer?
Las primarias y principales rutas ibéricas,
vía Palata (luego vía de la Plata), y la vía Dalmatia (luego carretera
Madrid-Badajoz), ambas rutas nacionales de primer orden, debieran ser
complementadas con una nueva y rápida ruta terrestre: el AVE. Una ruta
transcontinental, que partiendo de Lisboa, atravesara Badajoz, Madrid, y
llegara a París, a Berlín, a Moscú, etc. Creo que sería una gran ruta y una
ruta con grandes posibilidades turísticas y comerciales. Pues eso.
Pero parece ser que esto tiene demasiados
contratiempos, pues hasta el edil de Badajoz, el buen hombre, anda desazonado
con el afloramiento de “intereses“ sobre el lugar dónde poner el “nido”, digo
la estación del AVE. Incluso advierte con llevarla de aquí para allí, o para
acá, si no se mantiene la cordura inversionista. O sea, aquello de “padre que
monto”, sin haber comprado el burro.
También se nos dijo que el año 2010 el AVE
vendría a Extremadura. Largo me lo fiáis. Primero porque es escasamente
creíble, por las fuertes inversiones a realizar, y segundo, porque aún contando
con la financiación necesaria, el tiempo de realización de expedientes
administrativos (expropiaciones, desmontes, etc.), y la obra civil propiamente
dicha, necesita mucho más tiempo, como todos sabemos. Es decir, un equívoco de
año lo tiene cualquiera.
Dicen que todo eso no es necesario, que será
un AVE-MIXTO, y utilizaremos las vías ya existentes mejoradas ¡Ah!, bueno. Pero
eso no es un AVE. Y otra vez Extremadura a la cola de los avances técnicos,
otra vez a entrar “en lista de espera”. Porque un AVE-MIXTO puede ser
perfectamente uno de esos extraños aves: el ave-lardo, el ave-jaruco ó el
ave-jorro. Y vamos a explicar qué es cada una de estas “aves”.
*ave-lardo.
Este pudiera ser uno de los aves mixtos posibles. Es el ave que vuela más largo
¿no?, pues así llegaríamos a donde dije. Aunque yo entiendo que sería el
ave-lerdo, es decir, un ave torpe y obtuso.
*ave-jaruco.
No me refiero al abejaruco, esa avecilla comedora de insectos. Me refiero a un
ave que andaría entre las jaras que pueblan nuestros bonitos montes y, por
tanto, difícilmente saldría de Extremadura, pues jaras hay para dar y tomar.
*ave-jorro.
Otra opción a debatir. Pues tampoco me refiero al célebre insecto zumbón del verano.
Dícese horro u horra, “jorro-jorra” en argot ganadero, de la res que está por
libre, desembarazada. Es decir, nuestro AVE, al ser MIXTO, bien pudiera ser un
ave horro (jorro), suelto, sin corresponderse con nada.
En el año 2025 de la era de Nuestro Señor
Jesucristo, todo sigue igual. Vamos, lo miso.
Ahora
el dilema de Toledo: que si por aquí, que si por allí. Y plantea su dilema de “cruzar
su Rubicón”, o sea el Tajo. A toda nación, país, región o ciudad, se le presenta su disyuntiva
puntual a lo largo de su historia. Y he aquí el dilema: O se pasa la raya
(Rubicón histórico), o se rodea de murallas para que los demás no lo pasen. Y
la forma de afrontar este dilema es lo que diferencia a cada uno de los
conceptos poblacionales que antes cito: O se pasa el río, o se cierra la
muralla.
Badajoz, en
cuanto ciudad, creo que ha asumido el concepto de “pasar el Rubicón”. Eso sí,
siempre existirán voces que se opongan a todo, sólo por el hecho de oponerse.
Pero ahora también Toledo quiere pasar su “Rubicón”. Hacer pasar el AVE
Madrid-Extremadura por su vieja, pero preciosa, estación de tren, a la que
llega el AVE hace muchos años. Para ello debe pasar el “Rubicón”, digo el Tajo.
Faraónica abra, que lleva mucho dinero y, sobre todo, mucho tiempo.
Y claro, tan colosal obra lleva aparejado
mandar el Ave de Badajoz-Madrid al año 2030. Largo me lo fiáis. Para ese año la
mitad de los “títeres” que aparecen en el programa habrán desaparecido de la
faz de la tierra. Y la otra mitad no se acordará del Ave, pues seguirá su larga
trayectoria de si “por aquí, que si por Alá´”, digo allá.
Pues está claro: a Extremadura, la pobre
cenicienta de España, no la traga nadie: los llamados progresistas no quieren
saber nada de los pobres, y los llamados de derechas evolucionadas, tampoco. ¡¡Que
Dios nos ampare!!
Vuelvo a traer aquí aquél comentario del rey
francés Enrique IV cuando, frente a una situación política comprometida,
exclamó: “Paris bien vale una misa”. Pues yo, ante similar situación digo que
“Badajoz bien vale un AVE”, con mayúsculas, y no un pajarraco cualquiera.
Señores políticos que regís nuestra querida España,
los desprecios y humillaciones a personas y territorios, se pagan.