LAS RANAS, (Y RANOS), PIDIERON REY
Fueron los
grandes escritores de la antigüedad, sabías personas, los que comparaban, en
bellas fábulas, a las personas con los animales. De entre ellos, el gran Samaniego
dejó escrita la bella fábula de “Las ranas pedían rey”
Sin rey vivía, independiente,
el pueblo de las ranas felizmente.
La amable libertad sólo reinaba
en la inmensa laguna que habitaba;
mas las ranas al fin un rey quisieron,
y a Júpiter “excelso” lo pidieron.
Conoce el dios la súplica importuna,
y arroja un rey de palo a la laguna.
Debió de ser sin duda un buen pedazo,
pues dió su majestad tan buen porrazo
que el ruido atemoriza al reino todo;
cada cual se zambulle en agua o lodo
y quedan en silencio tan profundo
cual si no hubiese ranas en el mundo.
Una
de ellas asoma la cabeza
y viendo a la real pieza,
publica que el monarca es un zoquete;
congrégase la turba, y por juguete
lo desprecian, lo ensucian en el cieno,
y piden otro rey, que aquel no es bueno.
El
padre de los dioses irritado,
envía un culebrón que, a diente airado,
muerde, traga y castiga,
y a la mísera grey al punto obliga
a recurrir al dios humildemente.
-“Padeced, les responde, eternamente,
que así castigo a aquel que no examina
si su solicitud será su ruina.”-
Sirva esta
bella fábula de gran Samaniego
como introducción a este tema.
Estos días,
con la sucesión a la Corona de España por medio de un trámite corriente y nada
trascendental, cual es la abdicación de la misma, hemos asistido a un hecho muy
normal. Pero, al mismo tiempo, una parte de la sociedad española pedía un “referéndum”
para ver si Corona si, si Corona no.
Sin entrar
en otras matizaciones de más peso, creo conveniente hacer algunas observaciones.
La primera
es que la Corona de España es de España, es decir, es de todos los españoles.
La segunda
es que la actual casa reinante, los Borbones, lo hace en calidad de los méritos
de herencia para detentar no la propiedad, pero si la representación de la
Corona de España.
Y aquí
traigo a las ranas y a los ranos.
Una parte de
ciertas fuerzas políticas, es decir, algunas personas, pedían un “referéndum”
para ver si se continuaba con la Monarquía, o se instauraba la República.
España,
junto con otros pocos países donde la monarquía está asentada desde mucho tiempo,
tiene el privilegio de “haber domado” a la misma, transformándola en “monarquía
constitucional”, con los atributos y limitaciones que impone la Constitución, y
que se adapta bien a los tiempos que corremos, donde el sistema parlamentario,
muy bien estructurado, permite la presencia de todas las fuerzas políticas que
obtengan cierta representatividad social; es decir, un determinado número de
personas que la avalen, Al margen de la Corona, el gobierno de este bello país
llamado España, “que nace de las urnas” y tiene la confianza de los
españoles, representa y gobierna con total independencia la nación.
O sea, que
en la inmensa y gran laguna española, el “trozo de madera” que nos representa
de forma pacífica es, dentro de lo menos malo, lo mejor.
Aquellas
personas que quieren sustituirlo por un “culebrón” deben explicarnos
seriamente, a dónde nos quieren llevar. Y nosotros, los españoles, pensarnos
más de una vez qué es lo que pretenden. Pues aunque ellos lo sepan, antes de
tomar tal o cual decisión, se debe examinar si esa solución será nuestra ruina.
La libertad cuesta mucho conseguirla, pero
cuesta mucho más mantenerla. Como tristemente ha pasado siempre con los
“culebrones” metidos en la bella laguna que es España.
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