PICA EN FLANDES
El día 18 de
junio de 2014 la selección española de futbol
fue eliminada a las primeras de
cambio del Campeonato Mundial de Futbol de Brasil de 2014.
Parecería
que ello fuese el fin de mundo. Nos olvidamos de que los españoles llevamos
muchos años poniendo picas, no solo en Flandes, si no también en muchos sitios;
sin ir más lejos del futbol, nos olvidamos que la selección llegada a Brasil en
el año 2014, no sólo era la campeona del mundo, es además la campeona vigente
de Europa, y es además, la campeona por clubes de las dos mayores competiciones
futboleras de Europa (las dos champions) en 2014.
Es por ello
lógico que, ante los filibusteros, los corsarios y los piratas, todos unidos,
resulte difícil defender tan vastos imperios. Pero lo hacemos, y lo seguiremos
haciendo. Los futbolistas que han perdido en Brasil son atletas de alto ejemplo
y de altísima responsabilidad.
Es verdad de
que se deberían haber exigido algo más a sí mismos, pero es también lícito exigir
información sobre si las cosas se han hecho como se deberían haber hecho. Si a
unos futbolistas hastiados de competición, arrastrando título más título sobre
sus espaldas se les podría haber sometido a una disciplina de entrenamiento más
acorde con su estado. Si algunos largos y cansinos viajes no se deberían haber
evitado, y si la residencia en Brasil y el periodo de aclimatación no deberían
haber sido los apropiados. Y si algunos futbolistas estaban en condiciones
físicas y mentales de poder asistir a una competición de tan alto renombre y
responsabilidad.
Eso sí, ha
llegado la hora del recambio. Pero un recambio meditado, analizado y puesto en
práctica sin acritudes. Se hace imperioso dar paso a la juventud. El ejemplo de
la casa real española, con abdicación del rey en su hijo, es un elevado
ejemplo, en el que todos debemos contemplar una soberbia lección de humildad y,
sobre todo, de amor y respeto para nuestra juventud.
Los grandes
profesionales de nuestro fútbol actual tienen asegurado su fututo como grandes
entrenadores, consejeros y presidentes de nuestros famosos clubes de fútbol. Es
decir, no debemos dejar en el paro a estas grandes figuras, que deben ser norte
y guía de nuestras ya acrisoladas jóvenes promesas.
No cabe duda
que hoy el relevo generacional de nuestras glorias futboleras está asegurado. Y
además con muy altas probabilidades de éxito. Empecemos a trabajar.
Ánimo. El
mundial de futbol de Catar es nuestro. No se debe dudar. Pero empecemos a
trabajar ya.
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