viernes, 10 de octubre de 2014

¡IRRESPONSABLES!



¡IRRESPONSABLES!
Ramón Lorente De la Luna

 Pues sí. Son irresponsables, aunque se les puede llamar con otros adjetivos más concisos.
 Me refiero al gravísimo problema generado con el virus del “ébola”, a partir del comportamiento del equipo creado para atender a las dos personas traídas de África para su tratamiento en España. Parece ser que el “protocolo” para atender a dichos enfermos ha fracasado. ¿Quién o quiénes son culpables?. Veamos.
 En primer lugar, debemos estar muy agradecidos a las personas que, “desinteresadamente” formaron tal “equipo de muy alto riesgo”. Ellas deben ser objeto de nuestra admiración y respeto.
 Pero dicho esto, podemos analizar algunos de los aspectos que a lo largo de los días se han ido poniendo de manifiesto.
 A- ¿Cómo se generó el citado equipo? ¿Fue personal voluntario o forzoso? ¿Firmaron algún compromiso escrito con su conformidad al altísimo riesgo de su vida que adquirían? ¿Se les instruyó adecuadamente? ¿Se estableció un protocolo de actuación eficaz? Cuando se habla de protocolo debemos entender simple y llanamente de unas normas de actuación rigurosas y de obligado cumplimiento.
 B- ¿Quién era el responsable directo de tal equipo? ¿Era un responsable serio o de simple compadreo? ¿Cómo se eligió a los integrantes del citado equipo? ¿En qué méritos, virtudes y eficaz formación “profesional“ se basó dicha selección?
 C- En un equipo cada cual tiene asignada una función específica. En un equipo de “altísimo riesgo” esto debería ser y estar plenamente contrastado, y fijar las necesarias responsabilidades. Pues parecer ser que algo de esto, o todo, ha fallado. Veamos.
-Parecer ser que el “periodo de cuarentena” no se cumplió ni por asomo.
-Parece ser que cada integrante del equipo podía ir y venir a su antojo por donde mejor le pareciera.
-Parecer ser que no tenían muy claro que eran “sujetos de altísimo riesgo” desde el primer momento que formaron parte del equipo.
-Parece ser que no se les informó que en caso de “sentir algún síntoma de terrible contagio a que se expusieron” deberían llamar a un teléfono específico, y a un lugar predeterminado.
-Parece ser, bueno, los “parece ser” se harían interminables, pero las gravísimas consecuencias de dicho fallo están ahí: una serie de personas están ahora ingresadas y vigiladas por el terrible contagio que han adquirido. Pero lo único que preocupa, al parecer, es que se haya sacrificado a un perro propiedad de una de estas personas. La actuación de piquetes organizados, “con patente de dioses” porque están en todas partes, y con absoluta impunidad ante la carencia de respuesta por parte de las distintas fuerzas políticas y coercitivas, degenerando en insultos de asesinos a los pobres agentes del orden que cumplían con su cometido, queda sin respuesta.
 Pero los habitantes de Alcorcón en general, han quedado expuestos a tan terrible virus. Los vecinos de la casa donde vivía una de las personas infectadas están expuestos. Los perros de Alcorcón están expuestos. Los vecinos de Madrid, y los vecinos de toda España estamos ya expuestos a contraer el virus, por la actuación ¿irresponsable? de una persona o de todo un equipo. Pues no pasa nada. Ningún vecino se manifestó a favor de que se procediese a la limpieza quirúrgica del foco de contagio. Los establecimientos de “peluquería” de Alcorcón temen por su clientela. Pero, ¿y el resto de establecimientos públicos donde pudieron acudir los contagiados?
 Una parte de los investigadores de España critican que se haya sacrificado al perro, pues podría haber sido utilizado para experimentos. Pero esa misma parte de investigadores carece de lo que hay que tener, ellas y ellos, para coger el petate y marcharse a los países que sufren tan terrible problema. Sus colegas ingleses, por ejemplo, no lo han dudado, ni se han traído a Gran Bretaña ningún perro ni ninguna vaca: se han ido ellos allí. Tal ejemplo en España es impensable. Sólo las personas de alto valor y entrega, como los misioneros y los miembros de algunas ONG`S son capaces de asumir el riesgo de morir, antes que dejar sin auxilio a los que allí sufren.
 En muchos países se ha levantado el consiguiente "guirigay” por el perro. En China, por ejemplo, ¿cuántos perros se sacrifican diariamente en China?. En España, ¿cuántos perros se matan en las perreras diariamente?, ¿cuántas vacas, cerdos, aves, etc., se sacrifican diariamente para comerlos calentitos en salchichas y hamburguesas?. En Argentina, Colombia, Venezuela, Francia, ¿cuántos conejos, cerdos, terneros, etc.? se sacrifican sin un mínimo gesto de pena?. Para qué más.
 En España los culpables tienen abogados y defensores que salen en las teles y donde haga falta. Las víctimas no tienen derecho a nada.
 Y ya dicho esto, que pensamos muchas personas, es hora de aunar esfuerzos y confianzas. Los que gritan y llaman asesinos a los demás son simple y llanamente un puñado de irresponsables, pues mal que nos pese, la terrible enfermedad está ahí, a las puertas de todo el mundo, y antes o después nos tendremos que enfrentar con ella. Pues en esta ocasión, con más o menos aciertos, un puñado de héroes, aún a costa de su vida, lo ha hecho.
 Posiblemente, los irresponsables somos todos los demás.

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